Comportamiento animal
Ø
Definición:
Comportamiento animal o de los seres
vivos es el conjunto de respuestas que presentan los animales frente a los
estímulos internos y externos que reciben del medio que los rodea.
Los estímulos internos dependen del funcionamiento
del propio organismo. Por ejemplo, la sensación de hambre que se origina en el
estómago es un estímulo interno que provoca la respuesta de buscar alimento.
Los estímulos externos, por el contrario, tienen su origen en el
ambiente. Así, la aparición de un depredador en el territorio propio
estimula en el animal la respuesta de protegerse o defenderse frente a la
agresión.
Cada individuo, de acuerdo a su nivel de complejidad, dado por el
sistema nervioso y endocrino que posea, deberá adoptar una estrategia eficaz
para elaborar las respuestas adecuadas que controlen tanto las variaciones que
ocurren en el interior de su organismo como las que se originan en su medio
ambiente.
Cada especie tiene un tipo de comportamiento que le es peculiar, aunque
existen formas de comportamiento comunes a muchas especies de animales.
Ø Tipos:Los comportamientos de los seres vivos
pueden clasificarse en tres grandes grupos, aunque, prácticamente todas las
respuestas animales tienen algo de heredado o innato, algo de aprendido, y algo
de adquirido o adaptativo.
§ Comportamiento
innato: el tejido de la tela de araña.
§ Comportamiento
aprendido: el león que pasa por un aro de fuego en el circo.
§ Comportamiento
adaptativo: el coipo que nada gracias a las membranas natatorias de sus patas
traseras.
§ Comportamiento
innato
Se refiere al grupo de respuestas
espontáneas heredadas durante la evolución del embrión o feto, es decir, se
trasmiten de padres a hijos y por lo tanto no se aprenden.
La
generación de estas respuestas no es atribuible directamente al ambiente. El
comportamiento innato se trasmite, de la misma manera que la forma, el tamaño y
el color de los animales.
Aunque cada
animal hereda de sus padres características particulares, todos los que son de
un mismo tipo poseen caracteres semejantes; por eso se parecen entre sí todas
las arañas, todos los canarios, todos los conejos, todos los seres humanos,
etcétera, y se comportan de formas similares.
Ejemplos: el
tejido de la tela de araña, la creación de nidos por parte de las aves, el
vuelo de una mariposa recién nacida, el nadar de los patos recién nacidos
quienes apenas salen del huevo, ya corren hacia el agua, nadan y bucean,
remueven el lodo con su pico y engrasan sus plumas.
El
comportamiento innato de un animal está de acuerdo con las condiciones del
mundo en que vive. Este comportamiento no se modifica, aunque el medio cambie.
Se puede
observar lo anterior en circunstancias que no son las habituales para un
animal. Por ejemplo, los gatos tapan con tierra sus excrementos. Pero si
observamos a un gato en un lugar donde no haya tierra, se notará que rasca el
piso de todos modos, aunque no logre tapar sus excrementos.
El
comportamiento innato incluye a las taxias (tropismos y tactismos), los
reflejos (respirar, bombeo del corazón) y los instintos (protección de las
crías, sobrevivencia, alimentarse).
Actualmente,
este concepto es centro de grandes controversias, ya que no parece que pueda
desarrollarse ningún carácter hereditario sin la relación del medio ambiente
—en interacción— con la información genética del individuo.
§ Comportamientos
adaptativos
Son las
reacciones que desarrollan los organismos para vivir bajo determinadas
condiciones del ambiente.
Estos
comportamientos, a diferencia de los innatos, se desarrollan lentamente,
requiriendo muchísimo tiempo para que se constituyan en un comportamiento
adaptativo. Ejemplo: el coipo que nada gracias a las membranas natatorias de
sus patas traseras.
§ El
comportamiento adquirido
Son las
respuestas aprendidas por los individuos a través de su vida. El comportamiento
adquirido es un comportamiento continuamente modificable mediante la
experiencia de cada organismo individual.
El
comportamiento adquirido incluye la habituación, el aprendizaje condicionado, y
formas más complejas de conducta como las que le permiten al hombre producir,
crear, descubrir e inventar.
Ejemplos: Hay aves que se alimentan de
insectos; pero deben aprender que algunos tienen sabor desagradable o poderosos
aguijones, para no volverlos a comer. Los leones jóvenes se ejercitan para
atacar a su presa; primero, observan cómo lo hace su mamá y después le ayudan.
Las ardillas reconocen, toman y abren las avellanas y nueces sin necesidad de
aprender. Pero sólo por experiencia, logran hacerlo de la manera más fácil y
rápida.
Entre los
organismos vivos, la mayor parte del comportamiento es innato en el sentido de
que cualquier miembro de una especie mostrará de manera predecible cierta
conducta sin haber tenido ninguna experiencia particular que conduzca a ella
(por ejemplo, un sapo que atrapa una mosca que se desplaza dentro de su campo
visual). Sin embargo, algo de este potencial innato de conducta requiere que el
individuo lo desarrolle en un ambiente completamente normal de estímulos y
experiencias. En los seres humanos, por ejemplo, el habla en un niño se
desarrollará sin ningún entrenamiento especial si el pequeño puede escuchar e
imitar el habla en su propio medio.
Cuanto más complejo
es el cerebro de una especie, más amplio es su repertorio de respuestas. Las
diferencias en la conducta de los individuos se originan en parte en las
predisposiciones heredadas y parcialmente en sus distintas experiencias,
especialmente en el caso particular de los seres humanos.
§ Comportamiento en la protección de las crías
La mayoría de las especies animales
aseguran la supervivencia de la especie, cuidando de sus crías hasta que éstas
son capaces de alimentarse y defenderse por sí mismas.
Este
comportamiento puede calificarse de innato, aunque a veces se ha modificado
favorablemente por medio del aprendizaje.
El
comportamiento de las especies de aves voladoras es un caso notable. Construyen
con esmero los nidos adecuados y esperan el nacimiento de sus polluelos. Éstos
nacen completamente indefensos, sin, plumas e incapaces de alimentarse.
Sus padres los protegen, los abrigan y les traen el alimento necesario, que los
polluelos saben recibir abriendo el pico (respuesta innata). Esto dura hasta
que las crías alcancen una edad que les permita alimentarse por sí mismas.
El instinto
de cuidar sus crías es notorio en las aves. Por ejemplo, la golondrina de mar
aprende a distinguir a sus hijos de entre los demás de la misma comunidad
y sólo alimenta los propios.
Otra actitud
que parece digna de imitar es el cuidado y afecto que entregan los padres monos
a sus hijos.
Es posible
que todos hayamos visto en zoológicos o películas, el cariño conmovedor que la
madre mona prodiga a su hijo: lo lame, le saca los piojillos, lo alimenta, lo
abraza y acuna. Cuando el monito se hace más independiente, la madre le
permite alejarse de ella, pero sin perderlo de vista; vigila que no realice
actividades arriesgadas o que se acerque a animales que la puedan hacer daño.
Ante la más leve señal de peligro, ella emite un grito especial que su lujo
reconoce; corre hacia la madre y se estrecha apresuradamente contra su pecho
para huir juntos. Llama la atención la obediencia de los monitos pequeños que
manifiesta, sin duda, la confianza que depositan en su madre.
La mayoría
de los monos se comunican entre sí mediante una serie de sonidos que han ido
aprendiendo de generación en generación (comportamiento adquirido), lo que
facilita la protección de las crías frente al peligro. Un grito de alarma en la
tribu alerta a todos para ponerse a salvo detrás de rocas o sobre las ramas de
los árboles más próximos.
En la
naturaleza se ha observado que cuanto más evolucionado es un vertebrado, desde
peces hasta mamíferos, mayor es el interés y el cuidado que prodiga a sus crías
y en consecuencia a toda la especie.
En este
aspecto merece destacarse una clase de sapos en la que la hembra pone sus
huevos y es el macho que continua la tarea de cuidado y crianza de los
sapitos. En una forma asombrosa, éste sostiene los huevos alrededor de
sus patas posteriores, los carga continuamente y por las noches los remoja en
alguna charca para que no se deshidraten. El instinto de protección a los hijos
está tan desarrollado en estos sapos que su comportamiento se asemeja al de los
animales más evolucionados.
§ El
comportamiento en la búsqueda de alimento
Los animales
silvestres han desarrollado considerablemente sus sentidos y la percepción para
conseguir alimento. El animal debe identificar su alimento antes de
capturarlo, poniendo a prueba su sistema de coordinación nerviosa y hormonal
que integra estímulos internos, como la sensación de hambre, con estímulos
externos que pueden ser un fruto determinado o él movimiento de su presa.
Los animales
herbívoros consumen los vegetales que les proporciona el medio. La abundancia
de pastos, semillas, plantas o frutos está relacionada con los factores
climáticos; por lo tanto, cuando el alimento escasea, los animales se desplazan
o migran hacia otros lugares donde poder obtenerlos.
Otro ejemplo es lo que ocurre con las
aves; en realidad, son muy pocas las aves que permanecen toda su vida en el
mismo sitio. Generalmente migran en las diferentes estaciones del año, buscando
lugares de clima más templado y con abundancia de alimento.
Los peces
como el salmón migran pasando del mar al agua dulce y viceversa. Nadan
hasta los ríos para poner o depositar los huevos, donde se suponen mayores
condiciones nutritivas. A pesar, de la alta contaminación de algunos ríos,
los salmones todavía nacen en esas aguas dulces para nadar posteriormente hacia
el mar, donde desarrollan su vida adulta.
Los animales
carnívoros, en cambio, casi siempre necesitan cazar para alimentarse. Primero
identifican su presa y la vigilan concentradamente hasta estar en condiciones
de capturarla, en un comportamiento de ataque, en tanto que su presa responde
con un comportamiento de defensa.
Las
respuestas tienen como componente principal el instinto de supervivencia, pero
tienen también algo de comportamientos adaptativos y adquiridos.
Los felinos
por ejemplo, han desarrollado grandes destrezas en la tarea de cazar, y
aprenden durante su vida estrategias cada vez mejores para atrapar sus
presas. Por su parte, las presas, con el fin de defenderse del
depredador, han perfeccionado sus órganos agudizando los sentidos y su sistema
locomotor.
§ El
comportamiento en defensa del territorio
Hay animales
denominados territoriales porque delimitan el área en que viven mediante
señales que pueden reconocer. En ese territorio se alimentan, se
reproducen, y generalmente permanecen durante toda su vida.
Las señales
pueden ser olfativas, como
deposiciones y orina, o visuales, mediante la exhibición del plumaje en el caso
de las aves.
Una vez
delimitado su territorio, estos animales no permiten que otros ingresen en él,
especialmente durante el período de reproducción.
Los
comportamientos territoriales son combinaciones de respuestas innatas y
aprendidas.
Los cisnes,
durante el período de construir sus nidos y cuidar sus huevos, marcan
territorios sumamente extensos y los defienden activamente, tanto las hembras
como los machos.
El principal
fundamento del comportamiento de territorialidad es la mantención del
equilibrio de la naturaleza.
Las
poblaciones permanecen estables en el tiempo gracias a la mantención del número
de individuos. Logran la supervivencia habitando en un territorio que
pueda satisfacer todas sus necesidades de cimentación y de protección y defensa
de sus crías.
§ El
comportamiento condicionado
Los animales
vertebrados pueden responder a estímulos de origen neutro para ellos, mediante
cierto tipo de entrenamiento.
El
comportamiento condicionado es una respuesta causada por un estímulo diferente
al que originalmente la provoca: es resultado de la experiencia.
La respuesta
condicionada es una de las formas más simples de comportamiento aprendido.
El famoso
sicólogo ruso, Iván Pavlov, realizó una serie de experimentos respecto a estos
comportamientos. Observó que si ponía un trozo de carne en la boca de un
perro, como estímulo, provocaba que el animal salivara (respuesta). Esta
respuesta innata activa un mecanismo reflejo, que involucro el sentido de gusto
por medio de una asociación de neuronas sensoriales en el cerebro y de neuronas
motoras que llevan la información a las glándulas salivales.
En una
segunda fase del experimento, Pavlov hacía sonar una campana cada vez que
introducía un trozo de carne en la boca del perro. Repitiendo esta
operación diariamente, observó que el perro salivaba cada vez que escuchaba la
campana, aún en ausencia del trozo de carne. La respuesta de salivación estaba
condicionada ahora al estímulo auditivo de la campana.
Se ha
postulado que la respuesta condicionada es una transferencia de la actividad
del sistema nervioso, por medio de asociaciones de neuronas que reemplazan el
estímulo original.
Este proceso
implica el uso de nuevos "circuitos" y conexiones entre las neuronas,
característica común a toda forma de aprendizaje.
Las
investigaciones realizadas con animales constituyen las bases sicológicas para
entender el aprendizaje humano.
Algunos
sicólogos postulan que todo aprendizaje, incluso en el hombre, se desarrolla a
partir de respuestas condicionadas.
Las
respuestas de las personas frente al consumo de algún producto estarían
determinadas en gran parte por el constante bombardeo de imágenes publicitarias
que actúan como estímulos condicionados.
Sin embargo,
mientras el conocimiento sobre nuestros procesos superiores de pensamiento no
se haya clarificado, no podremos aceptar ni rechazar esta teoría. El área
de estudio del aprendizaje es muy amplia y actualmente la Ciencia sigue
avanzando para, comprenderlo a cabalidad.
Bibliografía
·
Profesor en línea - ¡Tu ayuda para las Tareas!. Comportamiento
de Seres Vivos. [En línea]. Consultado: [22, octubre del 2012]
Disponible en: http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/ComportamSeresVivos.htm
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