I.
TITULO
Inteligencia ecologica
II.
RESUMEN
Se aprecia los impactos ecológicos ocultos y
la determinación de mejorarlos. Independientemente de que seamos un simple
consumidor, el jefe de compras de una empresa o un director de producto, el
conocimiento del impacto ecológico de lo que adquirimos, fabricamos o vendemos
es fundamental para tomar decisiones más acordes con nuestros valores y, así,
influir positivamente en nuestro futuro y en el del planeta. Para los
consumidores, la inteligencia ecológica es la llave que nos permite inclinar la
balanza del mercado hacia ingredientes, tecnologías y diseños que respeten
nuestros valores. Para las empresas, la inteligencia ecológica significa
modificar los procesos industriales teniendo en cuenta sus consecuencias
medioambientales.
Palabras
claves :ecológico, valores inteligencia
III.
ABSTRACT
the ecological secret impacts and
the determination to improve them. Independently of that we are a simple
consumer, the chief of purchases of a company or a product manager, the
knowledge of the ecological impact of what we acquire, we make or bandage it is
fundamental to take decisions more according to our values and, this way, to
influence positively our future and that of the planet. For the consumers, the
ecological intelligence is the key that allows us to incline the scale of the
market towards ingredients, technologies and designs that respect our values.
For the companies, the ecological intelligence means to modify the industrial processes
bearing his environmental consequences in mind.
Key
words: ecologic, value, intelligence
IV.
TEMA O ARGUMENTO
Inteligencia ecológica
La inteligencia ecológica es la capacidad de
vivir tratando de dañar lo menos posible a la naturaleza. Consiste en
comprender qué consecuencias tienen sobre el medio ambiente las decisiones que
tomamos en nuestro día a día e intentar, en la medida de lo posible, elegir las
más beneficiosas para la salud del planeta. La paradoja reside en que cuanto
más coherentes somos con su bienestar, más invertimos en el nuestro.
Inteligencia
Ecológica es la culminación de un discurso que comenzó en el individuo y su
introspección, siguió con lo social y ahora incluye a la Tierra.
Se
desarrolla nuestra inteligencia ecológica no es más que tomar decisiones que
nos permitan recuperar el contacto con lo que verdaderamente somos, lo que
mejora nuestra salud física y emocional.
Donde
ponemos nuestro dinero, ponemos nuestra energía. Y con ésta se crea el mundo.
Si nadie compra un determinado producto o servicio, desaparece del mercado. El
consumo consciente parte de la responsabilidad personal (compro lo que necesito
y no lo que la publicidad me hace desear) y de la consciencia ecológica (me
informo de si lo que compro se fabrica respetando el medio ambiente).
Cuanto
más se despierte esta consciencia en la sociedad, más rápidamente deberán
cambiar y evolucionar para adaptarse y sobrevivir económicamente. La revolución
está en manos de los consumidores. De ahí que lo mejor que podemos hacer es
apoyar el CONSUMO ECOLÓGICO en toda la gama de productos y servicios que ofrece
en la actualidad. Las corporaciones empresariales no se preocupan hasta que lo
hacen los consumidores.
Es
el puente que nos permitirá evolucionar hacia el consumo consciente. Cuando la
sociedad sepa qué impacto ecológico tiene cada producto que consume, empezará a
poder consumir por valores, dejando de hacerlo por impulsos. Así, la
transparencia radical nos permitirá advertir las consecuencias de las cosas que
fabricamos, vendemos, compramos y descartamos, un conocimiento que va mucho más
allá de la zona de comodidad habitual en la que está apalancada la inmensa
mayoría de empresas.
La
revelación ecológica nos abre un horizonte económico hasta ahora inédito que
consiste en implantar una regulación que aporte transparencia al mercado y nos
permita conocer el impacto oculto de nuestras compras. De ese modo, los
consumidores tendremos una detallada información sobre el impacto de nuestras
decisiones, muy parecida a la que emplean los analistas de mercado para
ponderar los beneficios y las pérdidas de las empresas. En un máximo de 20
años, las empresas que apuesten por la sostenibilidad se verán recompensadas,
mientras que las que se resistan al cambio tenderán a desaparecer.
Es
el turno de la REVOLUCIÓN VERDE, según el autor, porque cualquier vida humana
tiene un impacto sobre la vida del planeta: la famosa “huella ecológica” que
podemos calcular con esta calculadora y que también explica y predica Jim
Merkel en su Simplicidad Radical
No
basta con reciclar. Ni con comprar alimentos biológicos. Ni con cambiar las
bombillas o desconectar los enchufes.
Esos pasos son necesarios pero insuficientes, porque lo que hay que
cambiar realmente es nuestro modo de pensar. Todos nuestros actos tienen un
impacto en el medio ambiente, negarlo es de ignorantes
Llevamos
siglos despreciando y explotando a la Naturaleza, pero ahora se ha llegado al
extremo de que para continuar con nuestro modelo de crecimiento y consumo se
necesitarían 5 planetas y esto es insostenible en un mundo finito e injusto
entre los países.
Goleman
afirma que el problema tiene su raíz en la desconexión profunda entre el hombre
y la naturaleza que se produce con la revolución industrial
Mientras
la gente vivía en las granjas y en contacto con la tierra, existía una memoria
ecológica que pasaba de generación en generación. Con la inmigración masiva a
las ciudades ese conocimiento se perdió, y también el contacto directo con los
ciclos de la naturaleza. Hemos levantado una barrera que nos aísla del mundo
natural y nos impide ver las consecuencias de nuestros actos
Los
consumidores tenemos el poder, pero hace falta que nos lo creamos, lo ejerzamos
y asumamos que se trata de consumir menos y mejor y cambiar de rumbo.
La
sensibilidad por querer escuchar y comprender los mensajes que nos está
enviando nuestra casa, el planeta Tierra. Por mucho que lo asfaltemos con
sistemas sociales y económicos, este ente vivo sigue estando ahí, ofreciéndonos
lo que necesitamos para sobrevivir y disfrutar de esta maravillosa experiencia
de aprendizaje y evolución a la que llamamos “vida”. Tras muchos siglos de
ignorar, manipular e incluso violar el medio ambiente, éste parece estar
reclamando a las empresas y a la sociedad que lo tengamos en cuenta cada vez
que tomemos decisiones relacionadas con la producción y el consumo.
Nuestra percepción como
seres humanos no está diseñada para procesar la destrucción del planeta, lo que
dificulta la movilización para el cambio. En general, seguimos sin saber el
verdadero impacto ecológico de los productos que consumimos. Debido a esta
ignorancia y la inconsciencia de no querer aprender, la mayoría somos víctimas
y verdugos de la paulatina degradación del medio ambiente. Aquí no hay
culpables. Sólo responsables. Basta con que nos miremos al espejo. La solución
pasa por desarrollar nuestra inteligencia ecológica.
V.
Organizador gráfico
VI.
ANÁLISIS CRÍTICO.
Su
libro de Daniel Goleman nos plantea un tema muy interesante y sobre todo que
tiene una gran importancia en nosotros los seres humanos y debe ser analizado
detenidamente, con mucha precisión, y no es más que es la inteligencia
naturalista, una capacidad de vivir tratando de dañar lo menos posible a la
naturaleza, es decir consiste en comprender qué consecuencias tienen sobre el
medio ambiente las decisiones que tomamos en nuestro día a día e intentar,
elegir las más beneficiosas para la salud del planeta. Para ello desarrollar
nuestra inteligencia ecológica no es más que tomar decisiones que nos permitan
recuperar el contacto con lo que verdaderamente somos, lo que mejora nuestra
salud física y emocional.
VII.
CONCLUSIONES





I.
REFERENCIAS bibliográfica

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