Los
comportamientos de los seres vivos pueden clasificarse en tres grandes grupos,
aunque, prácticamente todas las respuestas animales tienen algo de heredado o
innato, algo de aprendido, y algo de adquirido o adaptativo.
1. Comportamiento innato:
Se refiere al
grupo de respuestas espontáneas heredadas durante la evolución del embrión o
feto, es decir, se trasmiten de padres a hijos y por lo tanto no se
aprenden.
La generación
de estas respuestas no es atribuible directamente al ambiente. El
comportamiento innato se trasmite, de la misma manera que la forma, el tamaño y
el color de los animales.
Aunque cada
animal hereda de sus padres características particulares, todos los que son de
un mismo tipo poseen caracteres semejantes; por eso se parecen entre sí todas
las arañas, todos los canarios, todos los conejos, todos los seres humanos,
etcétera, y se comportan de formas similares.
Ejemplos: el
tejido de la tela de araña, la creación de nidos por parte de las aves, el
vuelo de una mariposa recién nacida, el nadar de los patos recién nacidos
quienes apenas salen del huevo, ya corren hacia el agua, nadan y bucean,
remueven el lodo con su pico y engrasan sus plumas.
El
comportamiento innato de un animal está de acuerdo con las condiciones del
mundo en que vive. Este comportamiento no se modifica, aunque el medio cambie.
Se puede
observar lo anterior en circunstancias que no son las habituales para un
animal. Por ejemplo, los gatos tapan con tierra sus excrementos. Pero si
observamos a un gato en un lugar donde no haya tierra, se notará que rasca el
piso de todos modos, aunque no logre tapar sus excrementos.
El
comportamiento innato incluye a las taxias (tropismos y tactismos), los
reflejos (respirar, bombeo del corazón) y los instintos (protección de las
crías, sobrevivencia, alimentarse).
Actualmente,
este concepto es centro de grandes controversias, ya que no parece que pueda
desarrollarse ningún carácter hereditario sin la relación del medio ambiente
—en interacción— con la información genética del individuo.
2. Comportamientos adaptativos:
Son las reacciones que desarrollan los
organismos para vivir bajo determinadas condiciones del ambiente.
Estos comportamientos, a diferencia de los
innatos, se desarrollan lentamente, requiriendo muchísimo tiempo para que se constituyan
en un comportamiento adaptativo. Ejemplo: el coipo que nada gracias a las
membranas natatorias de sus patas traseras.
3. El comportamiento adquirido:
Son las respuestas aprendidas por los
individuos a través de su vida. El comportamiento adquirido es un
comportamiento continuamente modificable mediante la experiencia de cada
organismo individual.
El comportamiento adquirido incluye la
habituación, el aprendizaje condicionado, y formas más complejas de conducta
como las que le permiten al hombre producir, crear, descubrir e inventar.
Ejemplos: Hay aves que se alimentan de
insectos; pero deben aprender que algunos tienen sabor desagradable o poderosos
aguijones, para no volverlos a comer. Los leones jóvenes se ejercitan para
atacar a su presa; primero, observan cómo lo hace su mamá y después le ayudan.
Las ardillas reconocen, toman y abren las avellanas y nueces sin necesidad de
aprender. Pero sólo por experiencia, logran hacerlo de la manera más fácil y
rápida.
Entre los organismos vivos, la mayor parte
del comportamiento es innato en el sentido de que cualquier miembro de una
especie mostrará de manera predecible cierta conducta sin haber tenido ninguna
experiencia particular que conduzca a ella (por ejemplo, un sapo que atrapa una
mosca que se desplaza dentro de su campo visual). Sin embargo, algo de este
potencial innato de conducta requiere que el individuo lo desarrolle en un
ambiente completamente normal de estímulos y experiencias. En los seres
humanos, por ejemplo, el habla en un niño se desarrollará sin ningún
entrenamiento especial si el pequeño puede escuchar e imitar el habla en su
propio medio.
Cuanto más complejo es el cerebro de una
especie, más amplio es su repertorio de respuestas. Las diferencias en la conducta
de los individuos se originan en parte en las predisposiciones heredadas y
parcialmente en sus distintas experiencias, especialmente en el caso particular
de los seres humanos.
4. El comportamiento en la protección de las crías:
La mayoría de
las especies animales aseguran la supervivencia de la especie, cuidando de sus
crías hasta que éstas son capaces de alimentarse y defenderse por sí mismas.
Este
comportamiento puede calificarse de innato, aunque a veces se ha modificado
favorablemente por medio del aprendizaje.
El
comportamiento de las especies de aves voladoras es un caso notable. Construyen
con esmero los nidos adecuados y esperan el nacimiento de sus polluelos. Éstos
nacen completamente indefensos, sin, plumas e incapaces de alimentarse.
Sus padres los protegen, los abrigan y les traen el alimento necesario, que los
polluelos saben recibir abriendo el pico (respuesta innata). Esto dura hasta
que las crías alcancen una edad que les permita alimentarse por sí mismas.
El instinto de
cuidar sus crías es notorio en las aves. Por ejemplo, la golondrina de mar
aprende a distinguir a sus hijos de entre los demás de la misma comunidad
y sólo alimenta los propios.
Otra actitud
que parece digna de imitar es el cuidado y afecto que entregan los padres monos
a sus hijos.
Es posible que
todos hayamos visto en zoológicos o películas, el cariño conmovedor que la
madre mona prodiga a su hijo: lo lame, le saca los piojillos, lo alimenta, lo
abraza y acuna. Cuando el monito se hace más independiente, la madre le
permite alejarse de ella, pero sin perderlo de vista; vigila que no realice
actividades arriesgadas o que se acerque a animales que la puedan hacer
daño. Ante la más leve señal de peligro, ella emite un grito especial que
su lujo reconoce; corre hacia la madre y se estrecha apresuradamente contra su
pecho para huir juntos. Llama la atención la obediencia de los monitos pequeños
que manifiesta, sin duda, la confianza que depositan en su madre.
La mayoría de
los monos se comunican entre sí mediante una serie de sonidos que han ido
aprendiendo de generación en generación (comportamiento adquirido), lo que
facilita la protección de las crías frente al peligro. Un grito de alarma en la
tribu alerta a todos para ponerse a salvo detrás de rocas o sobre las ramas de
los árboles más próximos.
En la
naturaleza se ha observado que cuanto más evolucionado es un vertebrado, desde
peces hasta mamíferos, mayor es el interés y el cuidado que prodiga a sus crías
y en consecuencia a toda la especie.
En este aspecto
merece destacarse una clase de sapos en la que la hembra pone sus huevos y es
el macho que continua la tarea de cuidado y crianza de los sapitos. En
una forma asombrosa, éste sostiene los huevos alrededor de sus patas
posteriores, los carga continuamente y por las noches los remoja en alguna
charca para que no se deshidraten. El instinto de protección a los hijos está
tan desarrollado en estos sapos que su comportamiento se asemeja al de los
animales más evolucionados.
5. El comportamiento en la búsqueda de alimento:
Los animales
silvestres han desarrollado considerablemente sus sentidos y la percepción para
conseguir alimento. El animal debe identificar su alimento antes de
capturarlo, poniendo a prueba su sistema de coordinación nerviosa y hormonal
que integra estímulos internos, como la sensación de hambre, con estímulos
externos que pueden ser un fruto determinado o él movimiento de su presa.
Los animales
herbívoros consumen los vegetales que les proporciona el medio. La abundancia
de pastos, semillas, plantas o frutos está relacionada con los factores
climáticos; por lo tanto, cuando el alimento escasea, los animales se desplazan
o migran hacia otros lugares donde poder obtenerlos.
Otro ejemplo es
lo que ocurre con las aves; en realidad, son muy pocas las aves que permanecen
toda su vida en el mismo sitio. Generalmente migran en las diferentes
estaciones del año, buscando lugares de clima más templado y con abundancia de
alimento.
Los peces como
el salmón migran pasando del mar al agua dulce y viceversa. Nadan hasta
los ríos para poner o depositar los huevos, donde se suponen mayores
condiciones nutritivas. A pesar, de la alta contaminación de algunos
ríos, los salmones todavía nacen en esas aguas dulces para nadar posteriormente
hacia el mar, donde desarrollan su vida adulta.
Los animales
carnívoros, en cambio, casi siempre necesitan cazar para alimentarse. Primero
identifican su presa y la vigilan concentradamente hasta estar en condiciones
de capturarla, en un comportamiento de ataque, en tanto que su presa responde
con un comportamiento de defensa.
Las respuestas
tienen como componente principal el instinto de supervivencia, pero tienen
también algo de comportamientos adaptativos y adquiridos.
Los felinos por
ejemplo, han desarrollado grandes destrezas en la tarea de cazar, y aprenden
durante su vida estrategias cada vez mejores para atrapar sus presas. Por
su parte, las presas, con el fin de defenderse del depredador, han
perfeccionado sus órganos agudizando los sentidos y su sistema locomotor.
6. El comportamiento en defensa del territorio:
Hay animales
denominados territoriales porque delimitan el área en que viven mediante
señales que pueden reconocer. En ese territorio se alimentan, se
reproducen, y generalmente permanecen durante toda su vida.
Las señales
pueden ser olfativas, como deposiciones y orina, o visuales,
mediante la exhibición del plumaje en el caso de las aves.
Una vez
delimitado su territorio, estos animales no permiten que otros ingresen en él,
especialmente durante el período de reproducción.
Los
comportamientos territoriales son combinaciones de respuestas innatas y
aprendidas.
Los cisnes,
durante el período de construir sus nidos y cuidar sus huevos, marcan
territorios sumamente extensos y los defienden activamente, tanto las hembras
como los machos.
El principal
fundamento del comportamiento de territorialidad es la mantención del
equilibrio de la naturaleza.
Las poblaciones
permanecen estables en el tiempo gracias a la mantención del número de
individuos. Logran la supervivencia habitando en un territorio que pueda
satisfacer todas sus necesidades de cimentación y de protección y defensa de
sus crías.
7. El comportamiento condicionado:
Los animales
vertebrados pueden responder a estímulos de origen neutro para ellos, mediante
cierto tipo de entrenamiento.
El
comportamiento condicionado es una respuesta causada por un estímulo diferente
al que originalmente la provoca: es resultado de la experiencia.
La respuesta
condicionada es una de las formas más simples de comportamiento aprendido.
El famoso
sicólogo ruso, Iván Pavlov, realizó una serie de experimentos respecto a estos
comportamientos. Observó que si ponía un trozo de carne en la boca de un
perro, como estímulo, provocaba que el animal salivara (respuesta). Esta
respuesta innata activa un mecanismo reflejo, que involucro el sentido de gusto
por medio de una asociación de neuronas sensoriales en el cerebro y de neuronas
motoras que llevan la información a las glándulas salivales.
En una segunda
fase del experimento, Pavlov hacía sonar una campana cada vez que introducía un
trozo de carne en la boca del perro. Repitiendo esta operación
diariamente, observó que el perro salivaba cada vez que escuchaba la campana,
aún en ausencia del trozo de carne. La respuesta de salivación estaba
condicionada ahora al estímulo auditivo de la campana.
Se ha postulado
que la respuesta condicionada es una transferencia de la actividad del sistema
nervioso, por medio de asociaciones de neuronas que reemplazan el estímulo
original.
Este proceso
implica el uso de nuevos "circuitos" y conexiones entre las neuronas,
característica común a toda forma de aprendizaje.
Las
investigaciones realizadas con animales constituyen las bases sicológicas para
entender el aprendizaje humano.
Algunos
sicólogos postulan que todo aprendizaje, incluso en el hombre, se desarrolla a
partir de respuestas condicionadas.
Las respuestas
de las personas frente al consumo de algún producto estarían determinadas en
gran parte por el constante bombardeo de imágenes publicitarias que actúan como
estímulos condicionados.
Sin embargo,
mientras el conocimiento sobre nuestros procesos superiores de pensamiento no
se haya clarificado, no podremos aceptar ni rechazar esta teoría. El área
de estudio del aprendizaje es muy amplia y actualmente la Ciencia sigue
avanzando para, comprenderlo a cabalidad.
Linkografia:
(En línea)www.profesorenlinea.cl/.../ComportamSeresVivos.htm
(consulta 20 de octubre del 2012)
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