Inteligencia
Ecológica
I.
Introducción
Nuestro mundo lleno de
abundancia material tiene un precio oculto.
No podemos saber en qué medida las cosas que compramos y usamos conllevan otro costos, el
daño que le causan al planeta, sus
efectos sobre la salud de los
consumidores y sobre las personas cuyo trabajo hace posible nuestra comodidad y satisfacción de nuestras
necesidades. Vamos por la vida inmersos
en un mar de cosas que compramos,
usamos y tiramos, desperdiciamos o
guardamos. Cada una de esas cosas
tiene su propia historia y su propio
futuro, la parte de la historia anterior a nosotros y el
final de la misma después de nosotros en gran parte culpa nuestra, vista,
una inmensa red de impactos abandonados
a lo largo del camino desde la
extracción inicial o la mezcla de sus
ingredientes, durante la fabricación y el
transporte, a través de las sutiles consecuencias de su empleo en nuestros
hogares y lugares de trabajo hasta el momento en que nos deshacemos de ellas. Y, a pesar de
ello, es muy posible que estos
impactos ocultos constituyan el aspecto más
importante de tales objetos.
II.
Tema
El precio oculto de
nuestras compras:
A la hora de
comprar un producto, a veces por elegir lo mas cómodo no nos damos cuenta de que
esto nos puede salir “caro” , ya que tiene sustancias nocivas que afectan
nuestra salud y la del medio ambiente, pero no es el solo hecho de usarlas si
no, el hecho de fabricarlas, todo lo que tuvieron que hacer antes, por eso cada
producto tiene una historia. Y todo eso tiene un Precio oculto.
El espejismo verde
El ideal de un
producto fabricado seria “de la cuna a la cuna”, es decir de que todo lo que se
utiliza para la fabricación de un producto dese diseñarse para que, en el
momento de su eliminación, pueda biodegradarse y resultar útil para la
naturaleza, o reciclarse y convertirse en el imput de un nuevo proceso de
fabricación, pero el Ideal actual seria “de la cuna a la tumba” donde los
elementos compositivos de un ítem descartado acaban arrojándose a un vertedero,
filtrando toxinas al medio ambiente y generando pesadillas moleculares o de
cualquier otro tipo.
Para fabricar un
envase de cristal hay una lista de unos 659 ingredientes diferentes, y tiene un
impacto del 70% cancerígeno provocado por la fabricación del vidrio, que se
debe a los hidrocarburos aromáticos, pero por ello no se debe renunciar al uso
de los envases de vidrio a fin de cuentas el vidrio posee virtudes que resultan
inaccesibles al plástico como SER RECICLABLE en un 60%.
Las bolsas de
plástico que nosotros llevamos a nuestras casas cuando vamos de compras
constituyen un autentico desastre ecológico. Pero lo peor de estas es que
tardan entre 500 a 1000 años en descomponerse, pero no por eso las bolsas de
papel son mejores, ya que para su
fabricación se consume mucha energía y contamina más el agua.
El levado verde no
hace más que creer que estamos comprando algo virtuoso, pero lo cierto es que
muchos productos, aun pareciendo ecológicamente meritorios solo están
revestidos de un envoltorio que lo hace “verde”. Pero cualquier cambio hacia un
mercado mas verde por pequeño que sea es un paso hacia adelante.
Lo que no sabemos
Hay un viejo
proverbio : “lo que ignoramos no puede dañarnos”, pero lo cierto es que sucede
todo lo contrario, porque todo lo que ignoramos, y permanece lejos de nuestra
vida termina dañándonos a nosotros y al planeta.
El autoengaño nos
hace pensar que somos víctimas del mercado que juega con nuestra percepción,
pero el desconocimiento del impacto negativo de nuestras compras nos deja a
expensas de un amplio abanico de peligros.
Nosotros padecemos
de una Ceguera Cultural compartida. Nuestra ignorancia ecológica del mercado
nos conduce a admitir la mentira vital de que lo que no sabemos o vemos carece
de importancia. Pero las consecuencias de nuestra ignorancia colectiva son muy
importantes.
El reciclar significa
reciclar nuestras toxinas, porque algunos de los productos químicos utilizados
en la fabricación de las cosas que consumimos se tornan destructivas al regresa
al medio ambiente.
La inteligencia que
puede salvarnos de nosotros mismos requiere de una conciencia compartida que
coordine los esfuerzos realizados por compradores, empresarios y ciudadanos.
Inteligencia
ecológica
El modo inteligente
que permite a los nativos a sobrevivir en entornos tan peligrosos como Sher, es
un claro ejemplo de la capacidad para sobrevivir durante un milenio en el mismo
ecosistema. Pero no solo son ellos son todos los pueblos nativos del mundo
adaptándose a los sistemas naturales a los que se hallan inmersos.
La inteligencia
ecológica es la capacidad extraordinaria de adaptación a nuestro nicho
ecológico. La inteligencia se refiere a la capacidad de aprender de la
experiencia y de tratar adecuadamente a nuestro entorno, y el término ecológico
es la relación entre los organismos y un ecosistema.
La Expresión Inteligencia Ecológica es la
capacidad de aplicar nuestro conocimiento de los efectos de la actividad humana
para hacer el menor daño posible, nos permite entender sistemas en toda su
complejidad asi como también la relación existente entre el mundo natural y el
fabricado por el hombre.
La inteligencia
colectiva y distribuid amplia la conciencia ya sea entre amigos o familiares.
Cuando una persona comprende esa red de causas y efectos y trasmite su
conocimiento a los demás, esa comprensión acaba formando parte de la memoria grupal
y puede ser utilizada por cualquier individuo que la necesite. Esa inteligencia
compartida crece gracias a la contribución de individuos que también se
encargan de transmitirla a todos los demás.
El abismo de
información
Si alguien quiere
comprar el producto más respetuoso con el medio ambiente, difícilmente podría
hacerlo, ya que la gran mayoría de las empresas nos ocultan aquellos datos.
Pero lo que sabes es que al comprar los productos más baratos, el solo hecho de
serlos nos indica de que han tenido que hacer una serie de actos para poder
bajar el precio, como contaminar mas el aire, el agua, porque algunos atajos
abran tomado.
La información
adecuada de los productos siempre ha sido una necesidad del comercio
Los clientes ya no
son individuos aislados, solitarios y mudos. La posibilidad de compartir
información permite el establecimiento de una conciencia colectiva que puede
desencadenar una reacción coordinada. Las redes informáticas permiten que la
voz del consumidor llegue más alta clara y sincronizada.
III.
Conclusiones
La inteligencia ecológica se halla
distribuida entre una amplia red de personas.
La inteligencia colectiva y
distribuida amplía la conciencia ya sea entre amigos o familiares.
La humanidad debe desarrollar con urgencia
la inteligencia ecológica.
Los humanos debemos sensibilizarnos
a la dinámica de la naturaleza.
Necesitamos reconocer los peligros a
los que nos enfrentamos.
Cuando desconocemos el impacto
ecológico de lo que compramos, no hay modo alguno de recompensarlas.
Pero la transparencia ecológica solo
es radical cuando su análisis tiene en cuenta el amplio rango de consecuencias
en todos los estadios del ciclo vital de un producto.
IV.
Bibliografía
Goleman
D. Inteligencia Ecológica. Editorial Kairós (2009). Barcelona – España.
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