martes, 27 de noviembre de 2012

Inteligencia Ecológica ...(Diana Risco Temoche)


Inteligencia Ecológica



I.                     Introducción






 Nuestro  mundo lleno de  abundancia  material  tiene  un  precio  oculto.  No  podemos saber en qué medida las cosas que compramos y usamos conllevan otro costos, el  daño  que  le  causan  al  planeta,  sus  efectos  sobre  la  salud  de  los  consumidores y sobre las personas cuyo trabajo hace posible nuestra comodidad y satisfacción de nuestras  necesidades.  Vamos  por  la  vida  inmersos  en  un  mar  de  cosas  que  compramos,  usamos  y  tiramos,  desperdiciamos  o  guardamos.  Cada  una  de  esas  cosas  tiene  su  propia  historia  y  su  propio  futuro,  la  parte  de la historia anterior a nosotros y el final de la misma después de nosotros en gran parte culpa nuestra, vista,  una  inmensa  red  de  impactos  abandonados  a  lo  largo  del  camino  desde  la  extracción  inicial  o  la  mezcla  de  sus  ingredientes,  durante  la  fabricación  y  el transporte, a través de las sutiles consecuencias de su empleo en nuestros hogares y lugares de trabajo hasta el momento en que nos deshacemos de ellas. Y, a pesar de  ello,  es  muy  posible  que  estos  impactos  ocultos  constituyan  el  aspecto  más  importante de tales objetos. 




II.                   Tema

El precio oculto de nuestras compras:
A la hora de comprar un producto, a veces por elegir lo mas cómodo no nos damos cuenta de que esto nos puede salir “caro” , ya que tiene sustancias nocivas que afectan nuestra salud y la del medio ambiente, pero no es el solo hecho de usarlas si no, el hecho de fabricarlas, todo lo que tuvieron que hacer antes, por eso cada producto tiene una historia. Y todo eso tiene un Precio oculto.
El espejismo verde
El ideal de un producto fabricado seria “de la cuna a la cuna”, es decir de que todo lo que se utiliza para la fabricación de un producto dese diseñarse para que, en el momento de su eliminación, pueda biodegradarse y resultar útil para la naturaleza, o reciclarse y convertirse en el imput de un nuevo proceso de fabricación, pero el Ideal actual seria “de la cuna a la tumba” donde los elementos compositivos de un ítem descartado acaban arrojándose a un vertedero, filtrando toxinas al medio ambiente y generando pesadillas moleculares o de cualquier otro tipo.
Para fabricar un envase de cristal hay una lista de unos 659 ingredientes diferentes, y tiene un impacto del 70% cancerígeno provocado por la fabricación del vidrio, que se debe a los hidrocarburos aromáticos, pero por ello no se debe renunciar al uso de los envases de vidrio a fin de cuentas el vidrio posee virtudes que resultan inaccesibles al plástico como SER RECICLABLE en un 60%.
Las bolsas de plástico que nosotros llevamos a nuestras casas cuando vamos de compras constituyen un autentico desastre ecológico. Pero lo peor de estas es que tardan entre 500 a 1000 años en descomponerse, pero no por eso las bolsas de papel son  mejores, ya que para su fabricación se consume mucha energía y contamina más el agua.
El levado verde no hace más que creer que estamos comprando algo virtuoso, pero lo cierto es que muchos productos, aun pareciendo ecológicamente meritorios solo están revestidos de un envoltorio que lo hace “verde”. Pero cualquier cambio hacia un mercado mas verde por pequeño que sea es un paso hacia adelante.
Lo que no sabemos
Hay un viejo proverbio : “lo que ignoramos no puede dañarnos”, pero lo cierto es que sucede todo lo contrario, porque todo lo que ignoramos, y permanece lejos de nuestra vida termina dañándonos a nosotros y al planeta.
El autoengaño nos hace pensar que somos víctimas del mercado que juega con nuestra percepción, pero el desconocimiento del impacto negativo de nuestras compras nos deja a expensas de un amplio abanico de peligros.
Nosotros padecemos de una Ceguera Cultural compartida. Nuestra ignorancia ecológica del mercado nos conduce a admitir la mentira vital de que lo que no sabemos o vemos carece de importancia. Pero las consecuencias de nuestra ignorancia colectiva son muy importantes.
El reciclar significa reciclar nuestras toxinas, porque algunos de los productos químicos utilizados en la fabricación de las cosas que consumimos se tornan destructivas al regresa al medio ambiente.
La inteligencia que puede salvarnos de nosotros mismos requiere de una conciencia compartida que coordine los esfuerzos realizados por compradores, empresarios y ciudadanos.
Inteligencia ecológica
El modo inteligente que permite a los nativos a sobrevivir en entornos tan peligrosos como Sher, es un claro ejemplo de la capacidad para sobrevivir durante un milenio en el mismo ecosistema. Pero no solo son ellos son todos los pueblos nativos del mundo adaptándose a los sistemas naturales a los que se hallan inmersos.
La inteligencia ecológica es la capacidad extraordinaria de adaptación a nuestro nicho ecológico. La inteligencia se refiere a la capacidad de aprender de la experiencia y de tratar adecuadamente a nuestro entorno, y el término ecológico es la relación entre los organismos y un ecosistema.
 La Expresión Inteligencia Ecológica es la capacidad de aplicar nuestro conocimiento de los efectos de la actividad humana para hacer el menor daño posible, nos permite entender sistemas en toda su complejidad asi como también la relación existente entre el mundo natural y el fabricado por el hombre.
La inteligencia colectiva y distribuid amplia la conciencia ya sea entre amigos o familiares. Cuando una persona comprende esa red de causas y efectos y trasmite su conocimiento a los demás, esa comprensión acaba formando parte de la memoria grupal y puede ser utilizada por cualquier individuo que la necesite. Esa inteligencia compartida crece gracias a la contribución de individuos que también se encargan de transmitirla a todos los demás.
El abismo de información
Si alguien quiere comprar el producto más respetuoso con el medio ambiente, difícilmente podría hacerlo, ya que la gran mayoría de las empresas nos ocultan aquellos datos. Pero lo que sabes es que al comprar los productos más baratos, el solo hecho de serlos nos indica de que han tenido que hacer una serie de actos para poder bajar el precio, como contaminar mas el aire, el agua, porque algunos atajos abran tomado.
La información adecuada de los productos siempre ha sido una necesidad del comercio
Los clientes ya no son individuos aislados, solitarios y mudos. La posibilidad de compartir información permite el establecimiento de una conciencia colectiva que puede desencadenar una reacción coordinada. Las redes informáticas permiten que la voz del consumidor llegue más alta clara y sincronizada.




III.                  Conclusiones



*      La inteligencia ecológica se halla distribuida entre una amplia red de personas.

*      La inteligencia colectiva y distribuida amplía la conciencia ya sea entre amigos o familiares.

*      La humanidad debe desarrollar con urgencia la inteligencia ecológica.

*      Los humanos debemos sensibilizarnos a la dinámica de la naturaleza.

*      Necesitamos reconocer los peligros a los que nos enfrentamos.

*      Cuando desconocemos el impacto ecológico de lo que compramos, no hay modo alguno de recompensarlas.

*      Pero la transparencia ecológica solo es radical cuando su análisis tiene en cuenta el amplio rango de consecuencias en todos los estadios del ciclo vital de un producto.




IV.               Bibliografía

Goleman D. Inteligencia Ecológica. Editorial Kairós (2009). Barcelona – España.




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